Trasladado al ámbito de la publicidad digital, el blockchain ofrece la posibilidad de crear una base de datos distribuida mediante la cual se puede conocer la realidad sobre las impresiones de los anuncios tanto para advertisers como para publishers.
La gran ventaja del blockchain es que la data que forman los bloques es imposible de falsificar debido a la forma en la que funciona el proceso. Las transacciones son verificadas por miles de ordenadores distribuidos por todo el mundo. Una vez que se verifican, los bloques se añaden a la cadena y toda esa información queda guardada por toda la red – creando un registro único con un historial único. Para falsificar uno de los bloques habría que falsificar la cadena entera millones de veces. De ahí su eficacia.
Solo las entidades que tienen permiso pueden acceder a la información registrada por el blockchain. Como señala un artículo de PWC, “la data fluye y las transacciones son rápidas, automatizadas, transparentes en caso de que se necesiten, escondidas mediante criptografía cuando no y altamente creíbles para cada uno de los participantes”.