El Big Data hace referencia a conjuntos de datos muy grandes y complejos. Por este motivo, su gestión y análisis a través de las herramientas convencionales resulta complicado. Para procesar toda esta información es necesario utilizar tecnologías no tradicionales (software especializados) que permitan tratar los datos adecuadamente.
Estos conjuntos de datos presentan un gran reto: la velocidad a la que crecen. Cada día son más las fuentes que aportan datos a las empresas (redes sociales, Wi-Fi, GPS, etc.) y la velocidad a la que estos llegan.
Como podemos comprobar, el Big Data está presente en muchas de las acciones que realizamos en el día a día: desde las páginas web que visitamos o las aplicaciones en nuestro teléfono móvil hasta para en las herramientas utilizadas para organizar los datos internos de una empresa.